Año 2018, Megacorp Software.
-Buenas tardes, $BOFH
-Buenas tardes, señor presidente.
-Me han dicho que ha desarrollado usted un sistema de realidad virtual para el trabajo en la empresa.
-Así es, déjeme que le explique. El sistema de realidad virtual facilita y agiliza el trabajo de la oficina porque suple el conocimiento del usuario de términos y procedimientos informáticos para centrarse en el trabajo real del mismo. Es decir, si alguien debe introducir pedidos, por ejemplo, lo hará usando la interfaz virtual, anotará el pedido en una hoja y el sistema se preocupa de aplicar la tarifa, corregir errores obvios, comprobar riesgos y tramitar el pedido. Si hay que hacer una factura, el administrativo en cuestión, sólo tiene que buscar el albarán en el archivador virtual, que encima tiene funciones de búsqueda automática por voz, y tirar el albarán en el buzón de hacer facturas. El buzón genera la factura, la envía al cliente, etc.
-Parece que tiene buena pinta.
-Sí señor, el sistema está teniendo una aceptación bastante buena. Pero aún no está preparado.
-¿No? Yo lo veo bastante completo.
-No, aún no se puede vender. Mire lo que ocurre en una de las empresas que han probado la beta.
El $BOFH pulsa un botón en su ordenador y se ve una simulación virtual de un entorno de trabajo.
-Véalo usted mismo.
-¡Dios mio!¿Qué hacen esos locos?
Se ve a Bolindre , ayudado por Lucy arrastrando el archivador virtual por el suelo hasta el buzón de facturar. Luego, con ayuda de la grapadora, hace palanca en el buzón para abrirle más la boca y después vierten el contenido del archivador en el buzón.
-Pues eso no es nada. Mire, mire.
Pulsa otro botón y la pantalla cambia a una sala con teléfono, una mesa, hojas de pedido y un bolígrafo. Es la sala donde se reciben los pedidos. De repente se materializa Pollamboca.
«¡Josdher!» dice, y desaparece.
Se vuelve a materializar.
«¡Eshto esh una mierdla!¡Wardlog!»
Un BOFH se materializa a su lado.
«¿Qué pasa?»
«Eshto es una mierdla. ¡Yo muevo las manosh y aquí no pasha nada!»
«Espera»
El BOFH desaparece y deja a Pollamboca mirando al vacío. Al poco, Pollamboca empieza a pegarse guantazos a sí misma, descontrolada. Se mete los dedos en el ojo y se pinta la cara con el bolígrafo.

-¿Qué le pasa a esta, $BOFH?
-Nada, el administrador de esa empresa le está «recordando» activamente que ha de ponerse los guantes de realidad virtual para actuar en el mundo ficticio.
-Joder, qué percal.
-Mire esto.
Cambia de pantalla y se ve a Lucky.
-¿Qué hace ese?
-Ese señor se dedica a pagar a los proveedores.
-¿Cómo lo hace?
-Mire. Por esa cinta van llegando las facturas que ha de pagar. Él apunta en un papelito los vencimientos de las facturas y los grapa. Luego, cuando tiene unos pocos, decide por qué banco paga y lo pone en el buzón correspondiente. En el calendario, pulsando un día con el dedo le avisa de los pagos que vencen ese día. Si pulsa dos días le avisa de los pagos que vencen en el periodo.
-Parece un proceso sencillo.
-Lo es, pero mire.
Se ve a Lucky materializándose en la habitación. Pero con los pies en el techo.
«¡Wardog!¡Mira lo que me pasa!»
El BOFH se materializa debajo de Lucky. Hace un gesto de disgusto y desaparece. Un segundo después aparece Lucky del derecho y frotándose la cabeza.
-No me diga, $BOFH, el sysadmin le ha colocado las gafas de VR del derecho.
-Exacto. Siga mirando.
Se ve a Lucky contra la pared. Intenta caminar. Desaparece. Vuelve a aparecer. Intenta caminar contra la pared.
«¡¡Wardog!!¡¡Mira lo que me pasa!!»
«¿Qué coño haces?»
«¡Esto no funciona!¡Quiero ir hacia el fichero y sólo veo una pared que me corta el paso!¡Esto está mal!¡Pide que te lo cambien!»
Wardog desaparece y un segundo después, Lucky se da la vuelta bruscamente y sale disparado en dirección contraria hasta chocar contra la pared.
«¡GIRA!¡CUANDO LLEGUES AL FINAL DE UNA HABITACION, GIRA!¡NO ES TAN DIFÍCIL!¡EN LA VIDA REAL LO HACES! ¿NO?»
«Vale, vale, lo tendré que hacer así, si no hay más remedio…»
-¡Dios santo!
-Pues eso no es nada. En el almacén hemos puesto robots, y los operarios sólo se deben preocupar de buscar los artículos, consultando al oráculo virtual y moverlos. El peso no les afecta, pueden volar, atravesar muros…
-Y todo eso se refleja en acciones de los robots, ¿verdad?
-Exacto, los robots almacenan una cola de trabajo bastante compleja en la que se almacenan todos los movimientos que han ido indicando los operarios.
-¿Y cuál es el problema?
-Que la cola siempre está vacía.
-¿Vacía?
-Bueno, no exactamente. Los robots no paran. Pero sólo se hace un movimiento diario por operario. Luego se pierden y son incapaces de encontrar al oráculo.
-Estarán jugando.
-Negativo. Como contramedida a situaciones de ocio por la flexibilidad de movimiento, se producen descargas eléctricas cada vez que se detecta comportamiento lúdico.
-¿Y funciona?
-Sí, funciona. Trece accidentes laborales por electrocución.
-¡Dios mío!¡Qué locura!
-Los calambrazos son de doce voltios. En principio, inofensivos.
-¿Entonces?
-Eran insistentes. MUY insistentes. Quemaduras de tercer grado.
-Santa María… Hay que ser bestia.
-¿Y lo de que no encuentren al oráculo lo han solucionado?
-Más o menos… les pusimos un visor en las gafas de realidad virtual con una especie de «GPS», un sistema que mediante una flecha, indica la ubicación del oráculo.
-¿Y funciona?
-No. Mire.
Conecta la pantalla correspondiente y se observa algo increíble. Ocho operarios dando vueltas alrededor del oráculo y blasfemando.
«¡Puto oráculo!¡Ya lo han vuelto a mover!»
«¡Pero dónde está!»
«¡Hala!¡Otra vez ocho horas dando vueltas por la puta flechita!»
-Increíble. ¿Qué empresa es esta?
-Killminds, señor.
-Bien. Dígales que el producto no satisface sus necesidades y que muchas gracias por su colaboración.
-De acuerdo, señor.
-Acto seguido, póngalo a la venta.
-¿Perdón? No decía que no…
-Las personas normales lo harán bien. En agradecimiento, mande a Killminds un ejército de educadores especiales. Y a ese sysadmin mándele un jamón, pobrecillo.

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