Una impresora matricial del almacén se rompió el mes pasado. Como no tenía piezas ni una máquina para sustituirlas, hablé con el $Boss.

-Que se ha roto la impresora que imprime las etiquetas de las piezas.
-¿Y cuánto vale una impresora nueva?
-200€
-Nada, que le digan a la de las etiquetas de artículos que imprima lo que necesiten en la laser en etiquetas adhesivas y que se las peguen a las etiquetas de las piezas encima.
-Ah, vale, de puta madre.

Voy y se lo digo a los recios muchachotes que imprimen esas etiquetas.

-¿Cómo? ¡Pero si hay 500 metros de distancia!
-Caminad, hijos míos.
-¡Necesitamos 100 o 150 etiquetas al dia! ¿Cuántos viajes tenemos que echar?
-Caminad, como si no hubiese mañana.
-¡Eso es inadmisible!
-Exhortad a individuos de jerarquía superior mejores avíos para vuestras cuitas.
-¿Lo cualo?
-Que se lo digáis al jefe, coño.

Y ahí quedaron los muchachos, afligidos y sin saber qué hacer. Juntaban para hacer varias etiquetas y se iban en peregrinación hacia la que hace las etiquetas adhesivas. Y claro. Primero que la pava esté. Segundo que pueda atenderlos. Y si puede atenderlos, esperad a que la señora termine. Y os advierto, hijos míos que si esta señora tiene abierto word, el programa de pegatinas y el terminal, selecciona la misma impresora en los tres para no equivocarse al imprimir con cualquiera de ellos. Vamos, que si tiene que imprimir por su impresora láser llamada «Laser2», selecciona «Laser2» en todos los programas que tenga abiertos. Y así cada vez que cambia de impresora.

En fin, que así quedó la cosa. Leeeenta y tediosa.

El otro día me dice la de las etiquetas que su ordenador se ha apagado y no se enciende. Bajo y el cable de señal del monitor está colgando y se balancea levemente. Mea culpa. Mira que sólo atornillarlo y no usar soldadura autógena ni en cadenarlo… ntchs… Enchufo el puto cable y me dispongo a irme. La de las etiquetas me dice:

-Esa impresora, la de debajo de las cajas de folios, llévatela que no funciona.
-¿Cómo que no funciona?
-Sí, no imprime. Yo le mando a imprimir y no pinta.

Otro cable colgando.

-Claro, es que este cable no está enchufado, se le caen los bits al suelo.
-Ah. Vale. Pero no funciona.
-Claro… pues me la llevo.
-Sí, y llévate la mesita también.
-No, la mesita para tí, que si no tiene cable no me pone.

Engancho la impresora y me voy volando 500 metros más allá a ponérsela a los chicos peregrinos de la Santa Etiqueta. Enchufo la impresora, les explico cómo funciona y me voy. Más contentos estaban…

¡Trimpititrín! ¡Trimpititrín!

-Sistemas…
-Que soy el encargao del almacén. Que los chicos dicen que la impresora que les has puesto es una mierda.
-¿Y eso?
-Porque se le ha acabado la tinta.
-Que cambien la tinta.
-Que no quieren, que imprime feo.
-A ver si quieren que les salga con letra gótica, no te jode.
-Que es muy difícil cargar el papel.
-Hombre, fácil fácil no es. Pero tienen que imprimir 3.000 etiquetas para cambiar el papel. Eso es casi un mes.
-Que pierden mucho tiempo. Que la impresora es una mierda.
-Ahm. Vale. Diles que se reúnan donde la impresora que les voy a dar a cada uno una impresora manual inalámbrica desechable.
-Vale. Son siete chavales.
-Vale, bajo enseguida con la maquinaria.

Qué ganas de tocar los cojones. Bajo, recojo la impresora y los cables y me encaro con los siete  chavales que esperan espectantes sus nuevas impresoras manuales inalámbricas desechables. Meto la mano en el bolsillo de la chaqueta y me pongo a repartir. Un boli bic, dos bolis bic, tres bolis bic…

-A tomar por culo. Esta impresora no falla.

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