Estoy hasta los cojones de lumbreras.
Hace mucho, mucho tiempo, en un algodonal muy cercano, a Caracoz se le puso un programita para que tuviese controladas las existencias de un material muy concreto. Sólo de ese material. Un satélite de referencia separado del sistema principal.
Con instrucciones muy concretas:

-A ver, Caracoz, cuando tengas que crear un artículo, debes poner el código exactamente como te lo den.
-¡Jum!
-¿Lo entiendes?
-¡Jum!¡Jum!Igual, yo lo pongo igual. ¡Jum!
-Buen chiiico, buen chiiico. ¡Toma una galletita!

Y hala, él se quedó con su programita y no nos volvimos a acordar de él. La gente podía consultar dónde estaban los artículos, las existencias y todo. Más mooono…

Pero como estamos en pleno frenesí automatizador, toca remodelar el programita para poder usarlo en PDAs, incluirlo en la intranet y demás chorradas. Y de paso, se va a controlar el resto de materia terminada, no sólo lo que le dimos al principio.

Así que me cojo y en una base de datos distinta cargo todo el codiguero «oficial». Vale, y ahora, vamos a actualizar las existencias con las que tenía Caracoz en su programita…

Veamos… artículos con existencia mayor que cero… 8901
Vale, actualizar datos de la tabla nueva…6634 líneas actualizadas.
¿COMORL? No, no puede sel. Cagonlahostia. A ver… Le pregunto a la base de datos qué artículos con stock hay en la primera tabla que no están en la segunda. 2267. Su puta madre.
Pero… pero esto no es posible… qué coño…
Reviso algunos códigos al azar y me quedo mudo.
Resulta que nosotros usamos un sistema de codificación muy sencillo. El código de referencia del artículo, un guión y el código del color. Amos, que queda algo así como «xxxxxxx-x», siendo la longitud mínima del color 1 y la máxima 3.
Pues bien, este señor es una lumbrera. Caracoz es una lumbrera. Porque ha decidido que es un rollo poner «xxxxxxxxx-1» y es mejor poner «xxxxxxxxx-001».
-Oche, Caracoz, ¿que coño significa esto?
-Pueeees… nada, ¿qué le pasa?
-Que está mal. Estos códigos están mal.
-¿Por qué?
-Porque es «xxxxxxxxx-1» y no «xxxxxxxxx-001»
-Es lo mismo.
-No, no lo es, ese no es el código que nosotros usamos, nosotros decimos color uno y no cero-cero-uno.
-Aaaaahm..¡Jum!
Ya puestos…
-¿Y por qué has hecho esta gilipollez?¿No es más fácil escribir lo que te dicen y punto?¿No te dije que lo escribieses tal y como te lo diesen?
-Sí, si yo los he creado así porque de esa manera siempre me cuadra a la derecha en los listados.
-…
-¡Jum!
-Vale, Caracoz, tío. Y yo que pensaba que eras medio tonto. Lo equivocado que estaba…
-¿Jum?
-Que de medio nada, hijo, de medio nada…
-¿Jum?
-Bah, dejalo…

Me tocará de reparar los desperfectos, pero será cosa de poco. Más la pérdida de tiempo que la gravedad del asunto. Aún después de solucionar el problema de los colores, tuve que solucionar problemillas con los códigos porque Caracoz confunde los unos con los cuatros y los seises con los nueves. Dios. Que fauna tengo, joder. ¡Qué fauna!

¡Bimbambidubidubi!¡Bimbambidubidubi!¡Bimbambidubidubi!
-Sistemas… o lo que sea…
-¿Wardog?
-El mismo que agoniza y sufre, dime, Esquiza.
-Que tengo un problema con un documento de Word.
-Ea, cuéntaselo al chache.
-Que no soy capaz de ajustar los márgenes.
-Jo, espera, que voy.
Amos para allá, que la Esquiza está al lado de la máquina del café y así me saco un poleo o algo pa que me calme el ardor que me ha provocado Caracoz.
-A ver, cuéntame, alma de cántaro.
-Mira.- y me señala el monitor en el que se ve un documento de word con una tabla. – Los márgenes no están bien porque los bordes de la tabla no salen y se come un trozo de las columnas de los lados.
La tabla es un 50% más ancha que un A4. Los márgenes está al mínimo, pero la tabla no cabe. Se lo explico.
-Pues vaya mierda de programa.
-¿Mierda? Sí, vale, es una mierda, pero ¿por que?
-Porque no te avisa de que no te cabe en un folio.
-Ah, claro, ¿y si resulta que tu lo quieres imprimir luego en un papel más grande?
-Coño, ¡pues que avise! Anda, modifícame el programa para que me avise cuando haga algo mal.
-Mmmmyap, que modifique el programa. Word. El Microsoft Word.
-Sí.
-Para que no te deje hacer nada mal.
-Claro.
-Vale, déjalo en mis manos.
Me vuelvo a mi despacho, hago un programita tonto en plan «hello world» con el logo del Word y un mensaje:
«EN PREVISIÓN DE QUE HAGAS ALGO MAL, TE AVISO DE QUE WORD SE VA A CERRAR.». Botón de aceptar y hala.
Se lo copio a su PC y apunto todos sus accesos directos a Word a ese programita. Al menos me reiré un rato….

Me vuelvo a mi despacho a seguir con el rollo del Caracoz. Me llaman de diseño. Cibelina.
-Wardog, mira, que necesito entrar en la página de producto de Disney con la cuenta de un cliente y no puedo, no entra la contraseña.
-Ahm. ¿Y?
-Que entres tú.
-Ahm. ¿Cómo? ¿No dices que no funciona?
-Es que como tú eres informático…
-Coño, pues mándale un email al cliente ese, que te de la contraseña en condiciones y punto.
-Es que está de vacaciones y esto corre mucha prisa.
-Pfff… pásame la contraseña y el nombre de usuario a ver si consigo algo.
Nah, si será una gilipollez. Esto va a ser jugar con la capitalización, en dos minutos lo saco, seguro. A ver el código fuente de la página… vale, puedo generar esta misma página y poner en los campos en nombre de usuario y la contraseña que yo quiera, le hago un generador de variantes de mayúsculas-minúsculas, abrir página en el explorador, enviar un retorno de carro a la ventana y que vaya corriendo. En 3 minutos tenía ya la clave correcta.
Bajo a fumar y de paso se lo digo a cibelina. Pero la oigo que va por un pasillo con el jefe.
-Oye, Cibe, que ya he averiguado la contraseña, te la he mandado por email.
-¿Ves? ¡Ya te dije que este es capaz de meterse en cualquier sitio!-Dice el Boss…
Manda huevos. Con lo fácil que hubiese sido pedir la contraseña por teléfono, que sé que tienen el móvil del payo en cuestión…Yo flipo con los quehaceres de los informáticos en estos días.
Hoy llevo el día surrealista, sí.
Me vuelvo a mi despacho. Paso por delante del despacho de Pollamboca, que tiene la puerta abierta. Está concentradísima haciendo nada, con la cabeza apoyada en la mano izquierda, que le tapa la oreja; y con el auricular del teléfono pegado a la oreja derecha.
-¡Wardog!
-Dime.
-¿Cuál esh la impreshora de flabricacion?
-HP5000F
-¿Cuál?-Dice mientras aprieta más fuerte el auricular contra la oreja.
Levanto más la voz.
-¡HP5000F!
-¿Qué dicesh?
-¡¡¡HP5000F!!!
-¿Cual dicesh?¡Que no te oiglo!¡Habla másh clarlo!- me dice cabreada mientras intenta incrustarse el teléfono en el lóbulo temporal. Y esto sin levantar la cabeza de la otra mano.
-¡¡¡¡HP5000F, SORDA GILIPOLLAS!!!! – esto a un volumen que el resto de los despachos se han quedado fijos en mí.
Se quita el auricular de la oreja.
-A mi no me hables así ¿eh?
-¿Tú no querías que te hablase claro?Ahí lo tienes. Más claro agua.
Me he vuelto a mi despacho y he apagado el teléfono. Una gilipollez más y salgo en los papeles. Os juro que salgo en los papeles.