Dicen que el amor verdadero dura dos años. Yo aún diría menos en el caso del «amor» laboral. Me da a mí en la nariz que cuando un $Boss contrata a alguien en un puesto de responsabilidad, tiene la misma sensación que cuando se compra un coche: su coche es el más bonito, su coche es el que más corre, a su coche que no le falte de nada.

Pero claro, que llega el momento en el que de tanto ir en el coche y de tanto verlo, pues es eso, que es un coche y nada más.

Y a mí ya me tienen muy visto. Así que ahora, las cosas son como deben ser. Que ya me estaba yo comiendo la cabeza con esto de $Hyperboss no pidiese cosas raras ni se le patinasen las neuronas como a todos los jefes del mundo.

¡Bimbambidubi! ¡Dubi!

-Holabuenosdías, leatiendeWardog, extensiónseisseisseis, ¿cuál es el motivo de su consulta?
-¡Hombre, Wardog, así se coge el teléfono, hombre, con seriedad y amabilidad.
-Wow.
-¿Qué te pasa?
-Nada, un déjà vu. Dígame, $Hyperboss
-Mira, que he estado pensando que como en tu departamento estáis más bien relajados, que podíais echar una mano en el almacén.
-Wow.
-¿Qué te pasa?
-Otro déjà vu. Que va a ser que no, oiga.
-¿Cómo que va a ser que no?
-Es que no es coherente. Aunque me arrepienta: ¿qué quiere exactamente que hagamos?
-Pues inventario.
-Wow.
-¿Un déjà vu?
-Mismamente.

Otra cosa no tendrá el $Hyperboss, pero si está donde está es porque no es tonto en cuestiones de negocios. Eso sí, estos déjà vus tan vívidos me hacen revivir momentos de tensión, de guerra, de lucha denodada contra el absurdo.  Sin embargo, el enemigo es distinto. Este no es tan tonto como el otro. Aunque el hombre empieza a hacer méritos.

-¿Cuándo empezáis a inventariar entonces?
-Si es que no vale la pena.
-¿Y eso?
-Por el coste operacional.
-Ya estamos con los costes raros.
-Sí, a ver. ¿Usted sabe cuánto cobramos los informáticos?
-Demasiado para mi gusto, pero bueno.
-¿Y sabe lo que cobran los del almacén?
-Pues bastante menos.
-Entonces, dígame en qué cabeza cabe que pongamos a dos tíos que cobran una barbaridad para su gusto a hacer el trabajo de otros que cobran menos y que si se lo hacemos, ellos estarán ociosos y nuestro trabajo sin hacer.
-Pero vais y venís, hombre. Si es que como todo está informatizado, pues es mejor que lo hagáis vosotros.
-También está informatizado el correo y no vamos nosotros con los emails en la mano de departamento en departamento.
-Tampoco tendréis tanto trabajo. Cuando haga falta se sube uno y punto.
-¿Usted sabe a cuántos usuarios atendemos? Y no sólo eso, la cantidad de trabajo que tenemos en el departamento en cuestiones de mantenimiento e integración. Que esto es un no parar. Estoy por pedir un aumento de sueldo o catorce becarios…
-O sea, que no vais a hacer inventario.
-Buen intento, pero no.
-Vale, vale… si es que no se puede contar con vosotros para nada.
-Que le tenemos querencia a nuestro trabajo y somos honrados a más no poder. No nos gusta quitarle la tarea a nadie.
-Bueno, bueno…

Y cuelga. Lo que me extraña es que no proteste, ni amenace…

Va, en serio: ¿por qué todos los jefes del mundo encargan el inventario a los informáticos? ¿Pero tan difícil es ir con una puta PDA de estantería en estantería pitando lo que hay en el hueco? ¿Tan difícil es? Que debe ser.

¡Bimbambidubi! ¡Dubi! ¡Bimbambidubi! ¡Dubi!

-Propicios augurios preveo para quien no ose pedir a sistemas nada que no sea la hora.
-¿Wardog?
-Servidor de usía.
-¿Qué es lo que has dicho? No me he enterado de nada…
-Que buenos días, que qué desea $Hyperboss. Muchos minutos sin hablar.
-Ah, mira, que no me aclaro con esto del cambio del gestor de correo, el Turbomix este.
-El Thunderbird, sí, dígame, ¿qué ocurre?
-Pues que yo lo abro pero no recibo el correo.
-Bien, déjeme probar. Le estoy mandando un email ahora mismo. ¿Lo ha recibido?
-Sí, aquí está.
-Bien. Ahora estoy mandando uno con una dirección de dominio externa. ¿Lo recibe?
-Sí, sí.
-Bien, pues el programa recibe el correo, no veo que tenga ningún problema de configuración.
-Pero no recibo correo de nadie más.

Ole.

-Eso es que nadie más le ha escrito.
-O sea, que lo que le pasa es que se siente sólo. Vaya por $deity.
– Que no, hombre, que… me parece raro.
-Pues no hay ningún problema. Pero… ¿es porque no recibe correos por lo que está preocupado?
-No estoy preocupado, es sólo que me parece raro.
– ¿Es porque le parece raro por lo que estamos hablando?
-Claro.
-Entiendo. Hábleme más del email.
-Déjalo, déjalo, si ya está todo claro.
-Muy bien.

Que desde que emulo al Doctor Abuse en las conversaciones telefónicas no aguantan nada. Blandengues…

Pero, volviendo a lo de $Hyperboss… un tío que parecía que sabía diferenciar entre la CPU y el monitor, resulta que sólo estaba acertando de casualidad. Es decir, cuando el buen hombre se llenaba la boca de dominios, servidores, CPDs, protocolos y demás terminología, estaba acertando de pura chiripa o de, simplemente, escucharlo muchas veces. Que no pasa nada porque un $boss no sepa de qué habla cuando habla de informática; es más, creo que los $bosses deberían dedicarse a gestionar la empresa que para la informática ya estamos nostros y para eso nos pagan.

Y aunque nos paguen lo que nos pagan y aunque no paremos en todo el día, aunque tengamos el uptime arribita del todo, que tengamos controlada la seguridad y que perdamos menos tiempo tomando café que el 90% de la plantilla, aunque comamos encima del teclado la mitad de los días, los informáticos están tocándose las pelotas día sí día también. Falso. Estamos maltratando lusers a marchas forzadas.

¡Bimbambidubi! ¡Dubi!

-Satán en ocio defenestra dípteros con su apéndice macrocoxígero, ergo si estás en ocio, Satan eres y tu némesis te atiende.
-¿Buenos días era eso?
-Parecido, $Hyperboss. Dígame, que hace mucho que no mantenemos una discusión.
-Que digo yo, que el gasto en licencias de windows es alto, ¿no?
-Pues sí, pero a ver, es lo que hay.
-Que digo yo, que si las pirateamos…
-No.
-Pero si es copiar el número de serie y…
-Que no. Que para casa, mal está, pero bueno. Pero en el trabajo, conviene tener las licencias al día por variadas razones.
-Es que no hacéis más que gastar los informáticos.
-Error. Los informáticos gastan muy poco para ellos. El dinero se invierte en el resto de la organización pero nosotros lo administramos.
-Me he perdido en el razonamiento.
-Pues que, obviamente, no todas las licencias de windows son para El Máquina II y para mí. Se compran para los demás.
-Vale. Es que… me han hablado de la virtualización. ¿Vosotros virtualizáis?
-Como posesos.
-¿Y si virtualizamos todos los equipos clientes? ¿Eh? ¡Como ponéis una licencia por máquina, si están todas en una máquina, sólo hay que pagar una! ¿A que no se os había ocurrido?
-Pues francamente, no.
-¡Es el quid  de los negocios, hijo! ¡Buscarse las habichuelas para sacar tajada de todo!
-Muy hábil… pero déjeme matizar. Las licencias de uso son por máquina, evidentemente. Pero resulta que aunque sea virtual, es una máquina. Qué cosas. Pero bueno, aceptemos que con una licencia tenemos para toda la organización. ¿Me sigue?
-Sí, sí, te sigo.
-Bien, virtualizamos todos los equipos, ¿no?
-Claro…
-Chachi. Ahora necesitaremos un servidor la hostia de grande.
-¿Cómo de grande?
-Tan grande como para meterle todos los datos de todos los usuarios, que tenga capacidad de proceso suficiente para moverlos a todos, memoria a cascoporro, un ancho de banda que déjelo ir… por no hablar de que habrá que quitar windows de los anteriores equipos. En su lugar podemos poner linux, que es gratis, pero claro, eso es un gasto en horas extras para El Máquina II y para mí exagerado. Además los usuarios no podrán trabajar mientras estemos con sus equipos. Aunque claro… también podemos hacer otra cosa más barata. Podemos coger todos los equipos, montar un cluster de cojones y comprar thin clients para sustituirlos. Así nos ahorramos el coste del servidor y el espacio en disco, pero claro, al final nos gastamos más en thin clients que lo que ahorramos en licencias.
-¿Tú no puedes hablar en cristiano?
-Que va a ser que no se puede. Que sale más a cuenta, ahora mismo, pagar las licencias que virtualizar todo.
-Todos los informáticos sois iguales. Con El Máquina II pasaba lo mismo. Todo lo que le proponía era que no, que no y que no. ¡Nunca os viene nada bien!
-¿Sabe usted que el porcentaje de veces que un lego en la materia tiene razón y un número n de expertos no la tiene cuando n tiende a infinito?
-¡Y encima a tí no hay dios que te entienda!
-Pues ya lo siento, ya… ¿Algo más, $Hyperboss?
-No, porque me vas a decir que no…

$Hyperboss es un tío competitivo. Por eso está donde está aún y todo con la crisis esta que hay. Sabe desenvolverse en terrenos cenagosos. Por eso no ceja en el empeño de machacar a las criaturas del pantano informático. Esto de la informática se le atraganta y no lo soporta. En parte le comprendo porque debe ser tremendamente frustrante tener toda la información de la empresa, toda la planificación y gran parte de los recursos en manos de gente que no sabes exactamente qué están haciendo. Que digo yo que con auditar al departamento encuestión ya vale, pero se ve que no. Que él tiene que meter la cabecita y punto.

¡Bimbambidubi! ¡Dubi!

-Sistemas… si no se me oye bien es que estoy almorzando, ya podría llamar luego, joder…
-¿Estás almorzando?
-¡Hombre $Hyperboss! ¡Cuánto tiempo! Pues sí, los informáticos acostumbramos también a comer comida humana. ¿Qué se le ofrece?
-Que mira, que me han dicho que tú sabes de esto de hacer webs.
-Psá, según quien se lo haya dicho. Algunos aún están pagando la tercera cuota de la operación de cataratas.
-Que no, hombre, no seas modesto, que he visto algunas webs que me han dicho que has hecho tú y me gustan.
-Me alegro, hombre.
-Pues tienes que hacer la de una de las empresas del grupo, que no tiene.
-No tengo tiempo.
-¿Pero tantas cosas tienes que hacer?
-Tantas como para almorzar en mi mesa mientras trabajo. Y la comida se presenta igual, oiga.
-Bueno… pues deja lo que estés haciendo y haces la web.
-Si le pasamos algo más de trabajo a El Máquina II, corremos el riesgo de que le de un ictus.

El Máquina II teclea como una mala bestia mientras me mira durante cincuenta milisegundos para transmitir telepaticamente un mensaje:  «no puedo con más ni con mi vida».

-Buff… ¿Y no te importaría, en un ratito, en casa, hacerles la web?
-Ah, claro que no, faltaría más.
-¡Hombre! ¡Por fin puedo contar contigo para algo!
-Pues claro que sí, siempre que quiera. ¿Cómo es la web?
-Pues así, en flash, con mucho dinamismo, corporativa y con muchas fotos, con catálogo interactivo y todo eso.
-Ajam… vale, partimos de cinco mil euros, eso hasta que vea de qué estamos hablando exactamente.
-¿Que quéeeee? ¿Que me vas a cobrar cinco mil  euros por hacerme una web?
-Sí, claro-, respondo con la mayor naturalidad del mundo.
-¿Pero dónde se ha visto que mi informático me cobre?
-Pues desde el principio de los tiempos. Usted me paga por el tiempo que paso trabajando aquí. El tiempo libre lo vendo a ese precio.
-¿Pero cinco mil euros, muchacho?
-No, no, claro… DESDE cincomil euros.
-Bah, déjalo…
-Adiós vacaciones en Nueva Zelanda…

Clic.

Esto es como lo de abusar del pringao, pero a nivel empresarial, oiga. Y uno ya tiene callo.

¡Bimbambidubi! ¡Dubi!

-Sistemas…
-Oye, Wardog, que he estado preguntando por ahí y que no está tan mal de precio eso que dices.
-Pues nada, dígame con quién tengo que hablar para desarrollar la web.
-¿Para qué?
-Pues tendré que saber por lo menos qué hay que poner, las fotos, los textos…
-¡Joder! ¡Hay que dártelo todo mascadito!
-Que hago páginas web, oiga, no magia.
-Bueno, pues habla con el director de Bulls Hits S.L. y que te cuente.
-Muy bien, le mando por email el presupuesto final, para que me lo firme.
-Venga, va…

Hablé con el director ese, le saqué qué es lo que quería hacer, le pedí que me enviase el material y los textos necesarios y confeccioné un presupuesto de 11.500€ para que no me lo aceptasen. Así, con alegría.

Pues va el $Hyperboss y lo acepta. Cojones. Voy a tener que aumentar la tarifa de precios.

Un mes me tiré programando la web de las narices. Al final, la termino, la muestro a los interesados y tras varios cambios, se quedan contentos. Ole.

-Bueno, pues ya sólo queda subirla.
-Ajam… ¿y en eso tardas mucho?
-No, es un rato.
-Vale, pues súbela.
-Es que verá, tengo por costumbre no subir la web si no la he cobrado antes.
-¿Es que no te fías?
-No.
-¡Pero cómo no te vas a fiar, hombre, que soy el que te da trabajo!
-Precisamente por eso.
-Venga, va, cuélgala puedes confiar en mí, que en un par de días te la he pagado, de verdad.
-Ya. Bueno, venga. La subo.

Y la subí. Y diréis que soy un inocentón, que una vez subida, de pasta nada. Y os diré que no vais mal encaminados. Que pasados tres días, mi cuenta corriente no experimentaba ningún placer. Y yo, con mi presupuesto firmado, mis horas libres empeñadas en fabricar una web chorra en lugar de tocarme los cojones a dos bandas. Qué inocente, de verdad.

¡Bimbambidubi! ¡Dubi!

-Sistemas… ¿en qué puedo servirle?
-¡Wardog, por tu padre! ¡Que te juro que es un problema del banco que no te ha hecho la transferencia!
-Pero hombre, tranquilo, que tengo su palabra.
-¡Que lo que tú quieras! Pero por Dios, vuelve a poner online la página de $SupraKillminds y quita la mujer en tetas esa, que es más fea que la imagen que estamos dando…
-¡Ah, eso! Pero hombre, yo no tengo nada que ver con eso. ¿Es que no se fía?
-¡Ni un pelo! Bueno, mira, se acabaron las tonterías. O pones la web en su sitio o te vas a la calle.
-Me voy a la calle. No puedo poner la web en su sitio  porque yo no he sido. Alguien ha hackeado el hosting y los proveedores andan a vueltas a ver cómo recuperan todo.  Dicen que la última IP provenía de Rumanía. Y yo ahí no me meto, ni pincho ni corto. Que esto no es más que pura casualidad.
-Perdona, Wardog, perdona… es que esto me pone muy nervioso.
-Nada, hombre, me hago cargo. Sé que no es buen momento, pero… me gustaría reservar las vacaciones y ese dinerito me vendría de perlas…
-En serio, que ayer hice la orden de transferencia, que no sé qué estará pasando…
-Vale vale, si estamos entre caballeros, ¿no?
-Por supuesto, por supuesto…

Y una leche. Más tramposo que Pierre Nodoyuna. Una semana más tardó en pagar. Y cada vez que los del hosting restauraban la web, se caía y salía otra tía en pelotas. Y juro por $deity todopoderoso y omnisciente del todo que yo no hice nada contra el servidor de $Suprakillminds. Desde Rumanía, Rusia, Australia, Estados Unidos, Brasil y Argentina estuvieron atacando los muy cabrones de los hackers estos. A los diez días, se ve que quien fuese el gracioso, se cansó y dejó el servidor en paz. Pero lo cierto es que me vino de perlas. A veces la vida es así de justa.

PS:

No suelo hacer estas cosas, pero me gustaría dedicarle este post a Dimitri, Boris, Anna, Fred, Alyssa, Joao y Enrique. Sois la hostia de rápidos, cabrones.

Todo el mundo sabe que cuando el informático sale a fumar, es porque quiere hablar de informática. Oye, que no es que trabajemos en esto, es que tenemos la puta suerte de que nos pagan por practicar nuestro hobby favorito. ¡Qué suerte la nuestra! Justo salía por la puerta de recepción y me vio salir […]