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  • Sin publicidad

    Me he cansado de poner publicidad para costear los gastos del blog. Puedo asumirlos por mí mismo. Hago esto por diversión.

    Pero si te apetece pagarme una cerveza, aquí tienes un botón:

  • ¡Cómprame un libro!

    320 páginas de celulosa no retroiluminada vintage con lo que hay aquí y el final de "Un nuevo mundo". No necesita baterías y funciona con casi cualquier luz visible.

    Aviso: El papel puede cortar. Consideradlo una feature de ataque a lusers.

  • Buen leer

    El increíble viaje del faquir que se qeudó atrapado en un armario de IKEA,d e Romain Puértolas

    El último pasajero, del maestro Manel Loureiro

    Tengo una pistola, de Enriqe Rubio

  • The power of BOFH

    El seguro de vida de un BOFH es la información confidencial e incriminatoria que posea de sus lusers. Ya, bueno, puede ser ilegal, pero mola. Y un BOFH ha de cuidarse.

    Ajo «trabajaba» hace tiempo en esta empresa. Empezó siendo una chica eficiente y trabajadora. Pero lamentamblemente, derivó hacia la procrastinación más salvaje. Se pasaba el día consumiendo ancho de banda. MI ancho de banda.

    Evaluando su trabajo, necesitaba internet tan sólo 20 minutos al mes para un tema de aseguradoras. Así, que, generosamente, le apliqué una cuota de 60 minutos mensuales. Evidentemente me llamó al cabo de una hora.

    -Necesito internet.
    -¿Para qué?- como si no lo supiera.
    -Para las aseguradoras.
    -Vale, te enchufo.

    Reactivo la cuenta y sale a internet. Y yo mirando el log tranquilamente. No vi tonterías. Seguro que era una aseguradora.

    Volví a habilitar la cuota al día siguiente. En una hora la consumió y me llamó de nuevo.

    -Necesito internet.
    -¿Para?
    -Aseguradoras.
    -¿De nuevo?
    -Es que tengo que rectificar algo.
    -Vale.

    Reactivo cuota. Miro el log. Ni rastro de la URL de las aseguradoras. Qué cosas. Nada, nada. Mañana verás qué risa.

    Monto un programita para grabar en vídeo la actividad del escritorio y lo pongo como autoarranque en su equipo, para que empiece a grabar nada más iniciar sesión. El vídeo se guarda directamente en mi disco duro. No habilité la cuota ni nada. La dejé libre como el sol cuando amanece.

    Al otro día, cuota que te crió. Obviamente, en una hora estaba consumida.

    ¡Bimbambidubidubi!¡Bimbambidubidubi!¡Bimbambidubidubi! (Aún vivía el bambiduber, pobre)

    -Sistemas…
    -Wardog, macho, que necesito internet.
    -No.
    -¿Cómo que no?
    -Como que no. Has consumido tu cuota. No necesitas internet.
    -¡Pues se lo digo a Misifú!
    -Po vale.

    Clic. Contemos de veinte a cero. Veinte, diecinueve… catorce… ocho…

    ¡Bimbambidubidubi!¡Bimbambidubidubi!¡Bimbambidubidubi!

    Vaya, se me ha adelantado. Qué curioso.

    -Dime Misifú.
    -¿Tienes identificador de llamada en ese teléfono?
    -No, lo tengo integrado en el lóbulo frontal. Dime.
    -Que me dice Ajo que necesita internet y no tiene acceso.
    -Ha consumido su cuota.
    -¡Mentira!¡Mentira! – Se oye de fondo. Mal, muy mal, chica.
    -Mira, no le pongas cuota porque tiene que mirar lo de los seguros y eso, no la restrinjas el acceso.
    -¿Seguro?
    -Sí, hombre sí. No me gusta que dejes a la gente sin trabajar.
    -De acuerdo.

    Rehabilito la cuenta. Enchufo el VNC y a mirar.

    Nada más sentarse, abre el navegador y entra en una página de venta de entradas. Espero a que introduzca todos los datos de pago y demás. Dos entradas pedía la chica. En un rápido movimiento puse un cero a la derecha del dos. Veinte entradas. Validé la compra.

    No sonó el bambiduber. Vino volando a mi despacho echando humo por las orejas.

    -¿Tú qué te crees, eh?
    -¿Yo? Nada, ¿por?
    -¡Has sido tú el que me ha cambiado la cantidad!¡Cabrón!¡Ahora mismo se lo digo al gerente y me pagas las entradas tú!¡Por mis cojones!
    -Quieeeta, no saques conclusiones precipitadas, mujer. De hecho mira, yo estaba aquí vagueando, mirando una peli. Mira, mira.

    Giro mi monitor y le muestro el vídeo de su «actividad laboral» a cámara rápida. Correo personal, minijuegos, chats en web, páginas de contactos, el periódico, guarradas, vídeos… de todo.
    Ella blanca.

    -Si quieres vamos a ver a Misifú. O si lo prefieres, puedes intentar vender las entradas que te sobren y respetar la cuota.

    Desde ese momento me dejó de hablar y hasta que abandonó la empresa, siempre respetó su cuota.

    Moraleja: paranoia, paranoia.
    -Estaba pensando en grabársela a Misifú en DVD, lo mismo le gusta

    Impresionante descubrimiento cientifico (o no)

    Este es el descubrimiento científico más importante en el ámbito de la zoología desde que identificamos el pienso enriquecido con anfetas. He descubierto yo solito, sin ayuda de nadie que el ser humano es capaz de emitir ultrasonidos que asustan a los machos caninos. No me refiero a los pedos ni a los chicos que […]

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