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  • Sin publicidad

    Me he cansado de poner publicidad para costear los gastos del blog. Puedo asumirlos por mí mismo. Hago esto por diversión.

    Pero si te apetece pagarme una cerveza, aquí tienes un botón:

  • ¡Cómprame un libro!

    320 páginas de celulosa no retroiluminada vintage con lo que hay aquí y el final de "Un nuevo mundo". No necesita baterías y funciona con casi cualquier luz visible.

    Aviso: El papel puede cortar. Consideradlo una feature de ataque a lusers.

  • Buen leer

    El increíble viaje del faquir que se qeudó atrapado en un armario de IKEA,d e Romain Puértolas

    El último pasajero, del maestro Manel Loureiro

    Tengo una pistola, de Enriqe Rubio

  • Beta.

    Hace un montón de tiempo estaba pensando en escribir un blog sobre usuarios idiotas y esas cosas. Pero antes de ponerme, quería saber si podría hacerlo, así que relaté una historieta que mandé a mi amigo Nightwolf. Por lo visto se descojonaba. Así que me animé y comencé con este blog.

    Pero por diversas razones no llegué a publicar la historieta «beta», y de hecho extravié el fichero. Hoy estaba haciendo limpieza en el disco duro y lo he encontrado por ahí tirado. Es posible que haya colocado extractos en otros posts, pero esta es la original.

    En exclusiva para todos ustedes, el verdadero primer post de «Wardog y el Mundo».

    Vamos allá. Viernes. 9:30 de la mañana. Joder, otra vez tarde. Bueno, tampoco importa tanto, así Miniyo sabrá quien manda. En fin…otro día gris. El último de la semana. Por fin un poco de calma. Me voy para la ducha, abro el grifo y me meto dentro. ¡Que bien sienta una ducha por la mañana! Los cojones. De repente sale el agua más fría que el culo de una esquimal. Bueno, no es la primera vez que pasa. Salgo de la ducha. Me pongo el albornoz de mi hermana (nota mental: comprar un albornoz para mí, que está feo que se vea la colita por entre las aberturas). Cinco cerillas después enciendo el calentador. Me doy la vuelta para volver a la ducha y pego un resbalón de la ostia. Caigo hacia atrás en plan Keanu Reeves en «The Matrix» y acabo apoyado con la mano izquierda en el suelo y la espalda completamente curvada. No arreé la hostia del siglo por muy poco. Qué reflejos tengo. Y qué pose. Para foto. Lástima tener el albornoz subido hasta las orejas.
    15 minutos después estaba ya en el coche desayunándome un chicle rico en vitaminas y minerales y con efectos laxantes. 2 minutos después ya estaba entrando por la puerta del infierno.
    Tras darle los buenos días a Miniyo, me voy directo a sacar un informe de caja de la tienda nueva. Habían estado toda la semana dando guerra diciendo que el ordenador no funciona. Y una milk. ¡Ahí lo tienes! ¡Cuadra Perfectamente! Bueno, casi. Sobran 3 céntimos, pero oye, ¡esto es un logro! Pues no. Igual que cuando consigues que el calentador se encienda 5 cerillas después, y acto seguido te caes con el albornoz aleteando a la altura de tu cuello, con esto también me caí de culo.
    Nada más alegrarme de que todo funcione y el dia sea más luminoso si cabe, suena el teléfono y es la encargada de la tienda. Pánfila. Llama completamente preocupada porque no sabe cómo justificar ese exceso de 3 céntimos que arroja «El Ordenador».

    – ¿ Y qué hago yo ahora?

    Se me ocurre que podrías meterlo en un trabuco junto con tus dientes, abundante pólvora y una ramita de perejil y dispararlo directamente al tercer espacio intercostal.

    – Pues puedes comprarte un chicle, o donarlo a beneficencia. No creo que el contable te diga nada de esos 3 céntimos.

    – Bueno, bueno, yo no quiero saber nada.- Que traducido quiere decir «El Ordenador es una puta mierda y no sabe ni robarse 3 céntimos. Menuda puta mierda. Tú te vas a comer toda mi mierda. Mierda mierda mierda. Hala.»

    En fin… una vez superado el trauma, me voy a tomar un café. Sólo, que da más cagalera. Al lío. Me veo a Miniyo actualizando los antivirus. Animalico, con cualquier cosa se entretiene. Decido que es un buen momento para bajar a fumar un cigarro.

    Un cigarrito después me subo a empezar con el programa para presentar el intrastat dichoso. Ganas de perder el tiempo, pero es más fácil hacer ese programa que enseñar a un usuario a guardar una hoja de cálculo como fichero de texto.

    Qué buen día hace. Si al final resultará bonito y llevadero.

    ¡Ooops! Me reclama el señor Roca. Pues nada, habrá que atenderle, no es bueno hacerle esperar.

    Como si hubiese estado en una cápsula del tiempo, fue salir del tigre y todo estaba desmandado. Miniyo me dice que han llamado de diseño, que les llame urgente y que pregunte por Cibelina. Llamo y pregunto por Cibelina.
    – ¿Has visto la memoria USB?
    – No, la tenéis vosotros.
    – ¿No la cogiste tu? – Esto lo dijo con desconfianza.
    – No, ¿para qué la voy a querer yo?. YO SÉ usar el entorno de red.
    – No, claro, ya… Pues entonces la hemos perdido.
    – Eso va a ser.
    – Es que pensaba que la tenías tu, porque como te la llevaste a la tienda para cambiarla…
    – Claro, me la llevé y te di otra cuando me la cambiaron. Y fue hace 2 semanas.
    – No, si tienes razón. Pues no sé que habrá podido pasar con la memoria.

    Activemos YA la LGOU, la Lista de Gilipolleces Orientadas al Usuario.

    – ¿No estará puesta en algún ordenador?
    – Ya hemos mirado-. Caramba, han pensado.
    – ¿Y no estará por ahí debajo de alguna mesa o de algún papel?
    – No, porque tenía puesto el cordoncito que venía en la caja-. Claro, el famoso cordón antipérdidas y antirrobos. Lo que ahorrarían los aeropuertos con un set de cordones de estos bien ataditos a las maletas.
    – Claro, claro, con el cordón es imposible perderlo- silencio al otro lado-. ¿Quieres que baje y lo busque yo? -Esto ya es ayuda al usuario, pero es que la respuesta ya me la sabía.
    – No, ya hemos mirado nosotros. Es que creo que nos lo han robado-. ¡Ahí esta! Lo sabía. La acusación, motivo principal de la llamada.

    Entono mi garganta para conseguir el tono más sincero que me es posible.
    – ¿Quieres que baje y haga de técnico de nivel 1 de CSI y que encuentre al culpable?
    – No, no, – esta se ha tomado en serio lo del CSI.- Sólo quería que supieras que no he sido yo y que sólo puedo poner la mano en el fuego por una persona.

    Total, que me ha soltado un rollo de no sé cuanto tiempo para definitivamente decirme que han perdido una herramienta y que me pasan a mí el marrón. Cojonudo. Pues yo paso el marrón directamente al más cercano.

    – Miniyo: vete a buscar una memoria USB por el departamento de diseño y aledaños. Y ojo, tiene un cordón antirrobo.

    Me mira con cara de becerro mareado y se va más contento que unas pascuas. Con cualquier cosa se conforma este chico.
    Teléfono otra vez. Ganas me dan de tirarlo por la ventana. Lástima no tener ventana. Paloscoba. Que su ordenador es una mierda, que no funciona nada y no sé qué más cosas. Lo típico de cuando el ratón no va. Mierda, y he mandado a Miniyo a rastrear un cordón antirrobo. Pues bajo yo. Por cierto, el programa del intrastat ya tiene 3 líneas de código. Vamos bien.

    Veamos ese ordenador… No le abre un fichero de filemaker. Pues vale. Mala suerte. Le digo a Rocío que el ordenador está realmente mal y que hay que formatearlo, que luego bajará Miniyo y se lo formateará, que ahora él está ocupado y yo también.

    Me largo de allí antes de que aparezca el Jefe Supremo. Según subo suena el teléfono. Vamos allá, tiempo entre llamada-acción-llamada: 0,2 segundos. Mikejo, de exportación. Indignadísma porque el ordenador de su compañera Crycry es una castaña, que ya está bien, que somos 2 en el departamento de informática, que a ver si se lo cambiamos porque ese ordenador ya estaba ahí desde que hacía años y seguía yendo mal. Cuelgo y me dirijo hacia su departamento.
    Cargando armas de destrucción más IVA. Un 16% más chungas.

    -Buenos días.
    -Buenos días, este ordenador es una castaña, está aquí desde…- No la dejé terminar. Alcé una mano hacia esa boca llena de dientes pegada a un culo gordo y con la otra señalé a Crycry y cargando mi voz de tenor (la de los cabreos) dije:
    -¿Crycry: cuándo se te cambió el ordenador?

    -Laaaa… estooo…. Mmmmm… hace 4 días.

    Una sonrisa de oreja a oreja y un culo con dientes completamente rojo. Uno a cero. Y me crezco:
    -Por cierto, en el departamento de informática somos dos. Vosotros sois siete. Y tenéis ventanas. Un poquito de comprensión, hombre. Vamos a ver que le pasa a este ordenador…
    Muevo el ratón.
    -¡Pues te juro que estaba apagado!-Crycry surgió de su universo particular en el que las cosas ocurren en un orden distinto al nuestro.
    -Eso se llama ahorro de energía. Cuando no lo usas, se apaga el monitor.
    -Vaya…no lo sabía

    Hay tantas cosas que desconoces en el mundo, hija mía, que te explotaría la cabeza si supieras cuatro más.
    Dos a cero. Vamos a ver si llegamos a mi departamento. Creo que esta es la buena. Y lo mismo Miniyo sigue buscando el cordón. Efectivamente, Miniyo está fuera, así que aprovecho para hablar con Nightwolf, que está online y un poco chungo de lo suyo. Me lo encuentro emocionado porque se ha bajado la letra de las canciones que le pasé y ha entendido lo que dicen y creo que también el porqué de mandarle esas específicamente. Luego atenderé las ventanitas de las tiendas, que son muy cansinas.
    Un rato después miro los mensajes de las tiendas. Los presupuestos no funcionan y se borran cuando están hechos. Qué raro. Enchufo el VNC y miro mientras hacen uno. Cuando terminan de hacer el presupuesto, cierran la ventana y ante el mensaje de «¿Quieres guardar los cambios?» dicen alegremente que no. Pero es que el programa es una mierda. Debería preguntar 2 veces, por si acaso. Lo dejo correr, sé cuál es el desenlace de este problema y voy recogiendo el portátil y la chaqueta, que tendré que salir de viaje. Miro la otra tienda (tiemblo de pensar cuando hayan 6). Una manta tiene la etiqueta mal puesta y sale un modelo que no es en «El Ordenador». Me muerdo la lengua, los nudillos, respiro hondo, sacudo los dedos y escribo:

    -Pasad la etiqueta del otro modelo de manta.

    Vacío. Nada. Sólo los zumbidos de los servidores y una matricial batallando a lo lejos. Y Miniyo buscando cordones.

    -¡Pues esta también está mal porque sale en «El Ordenador» la otra manta!

    De verdad, me siento impotente. Mi vida es una mierda. Y no son ni las dos de la tarde. Vuelvo a respirar hondo.

    -Habéis cambiado las mantas de caja sin daros cuenta.

    -Ah, claro, debe haber sido eso.

    -Seguro que ha sido eso. Que paséis un buen día.

    -Gracias, ahora están las 2 etiquetas bien.

    Matarlas es poco. Por favor, que alguien las torture sin piedad un par de lustros.
    Aviso a Nightwolf de que me marcho a comer y le dejo pasando un par de canciones más.
    Me estoy poniendo la chaqueta y me llaman por teléfono. La hija del jefe, que me vaya a la tienda porque las «chicas» no saben hacer presupuestos y salen errores. No falla. Cojo el portátil y me voy a comer.
    Después de comer, salgo hacia la Guarida de las Mujeres Imposibles, tranquilamente. Llamo a Nightwolf. Conducir y conversar, no está nada mal la combinación. Y pensar que tráfico lo prohíbe. Esperemos no topar con ninguno del betis.
    Decido parar en un pueblucho del camino a fumar un cigarrito mientras sigo charlando con Nightwolf sobre anécdotas de usuarios. Vuelvo al coche y sigo mi camino. Poco a poco se ve que me voy acercando hacia la Guarida de las Mujeres Imposibles.
    Topo con dos guardias civiles que han parado a un tractor y le están pidiendo los papeles. ¿Exceso de velocidad?
    Más adelante, en un tramo en obras, veo un obrero con la señal esa de la flechita y el stop que me mira como Miniyo (¿seguirá buscando cordonoes?) y me pone la señal de canto. Yo aminoro mientras Nightwolf se descojona ante la situación. Y el tío sigue con la señal de canto. Paso a su lado acelerando a fondo con la esperanza de que alguna piedra se le clave en la rabadilla. Miro por el retrovisor y veo que he fallado. Maldito control de tracción. Ya estamos cerca. Más adelante, en otro tramo en obras me encuentro con una excavadora de cazo que está sacando tierra justo debajo de ella. Como apuntó Nightwolf, eso es tocarse los huevos con maquinaria pesada. Estamos peligrosamente cerca. Estamos entrando en territorio comanche.
    Llegamos a la Ciudad de las Mujeres Imposibles. Es evidente que es aquí. Los coches van por el medio de la calle de 2 carriles para cada sentido. En fin… vamos a la tienda, a ver qué pasa.
    Ya en la tienda, les pido que vayan haciendo presupuestos, para que yo las vea como trabajan les voy dando indicaciones como «pulsa el botón izquierdo» y «no, tu otro izquierdo».
    Luego, me dijeron que tenían un nombre de usuario y una clave para entrar al catálogo de un proveedor. Les explico cómo va el tema de la web del proveedor y al final acabo poniendo un acceso directo en el escritorio al la url del proveedor. No sé por qué gasto saliva.
    -Oye, pero aquí no salen los precios y no está organizado por categorías. ¡Esto no vale para nada!¿Cómo se hace para que salgan los precios?
    Me dan ganas de llorar. No sólo hago unos programas que son una castaña, sino que lo que hagan los demás también está mal hecho. Y es por mi culpa culpita.
    Así pasé un buen rato y vieron que el programa funciona, pero que su cerebro no admite más de 2 órdenes a la vez. Salí de allí con la cabeza como un bombo. Miniyo me llama para preguntarme si voy a tardar. Teniendo que son las 7 de la

    tarde y que no me apetece correr…
    -Qué va, ya estoy de camino. Quédate de guardia.
    Ganas de putear, es viernes y no hay ni dios en la oficina, pero que vaya aprendiendo. Me pongo en marcha y paro en una gasolinera. Discuto con el tío de la manguera hasta que consigo que me ponga gasoil en vez de gasolina. Y le pago. Me meto en la cafetería y me endoso un café.
    Sigo de camino y aún está ahí la excavadora tocándose los cataplines. Llego a la oficina a las ocho y media y ahí estaba Miniyo y no había encontrado el cordón ni la memoria USB. Qué desastre de chico. Le pregunto si ha habido mucho lío y si había formateado el ordenador de Paloscoba tal y como le puse en la nota. Me dice que sí pero que le faltaba de instalar un programa que no sabía cuál es. Y yo me pregunto cómo sabe que le falta algo si no sabe si existe o si ha existido. Misterios insondables de Miniyo.
    Me mira con cara de «por qué me tengo que quedar yo si tu estás por ahí disfrutando del aire libre» y le explico que como somos dos en el departamento de informática, nos pueden llamar la atención si pasa algo y no hay nadie del departamento. Traducido: Haz lo que te diga.
    Da gusto que llegue el viernes.

    Sácame dos copias

    Cojo el bambiduber. Marco el número de Misifú.-Oye, Misifú, que ya te he enviado el listado que me pediste por correo electrónico.-¿Si?¡Gracias!-De nada, hasta luego.-¡Oye, oye! ¿Me lo puedes imprimir?-Mpfff… vale, te lo imprimo por la departamental de arriba, que te pilla cerca.-Gracias. Imprimo el dichoso listado con amor y con cariño.¡Bimbambidubidubi!¡Bimbambidubidubi! -Sistemas…-Oye, imprímeme otra […]

    Capítulo uno.

    Tras el viaje interdimensional, los cuatro guerreros se encontraron en una explanada con el suelo de tierra. La luz era gris y no tenía un origen visible, era una claridad lechosa que desorientaba al grupo.La extensión del suelo parecía infinita, hasta confundirse con el horizonte.Se miraron unos a otros atemorizados. Nada se oía. No había […]

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