Esta mañana me he levantado hecho puré. Me dolía todo el cuerpo. Es que he tenido un sueñor premonitorio.

Estoy en una reunión de proyecto. Vamos a cambiar todo el sistema de gestión de la empresa. Estamos discutiendo sobre el plan de despliegue, el hardware que vamos a poner, qué áreas del negocio van a cambiar primero para no estorbar al resto.
Y todo va bien.
Aceptan mis propuestas sobre el hard (¡Wow! ¡Hacen caso a un administrador de sistemas!). Acordamos con el desarrollador lo que se va a implantar primero y lo que se va a implantar después, con plazos fijos y todo. Todo perfecto.
Un sueño, ya digo.
Lo bizarro viene ahora.
Se ponen a hablar de dinero. De lo que cuesta el hardware, de lo que cuesta el software. Y el boss dice que es muy caro.
-Pero hay subvenciones para el sector de la ganadería.
-Ya, claro, pero nosotros no somos ganaderos.
Me miran raro. Ay mi madre…
-Pues montamos una granja- dice el boss – para que nos den la subvención.
Me mira y sonríe.
-Aham, es una buena idea, pero tienes que saber que la granja debe dar una producción mínima para que no te retiren la subvención- dice el desarrollador.
-No hay problema, hombre.
Lo siguiente es la hostia. Me veo en un corral pestilente, con una vaca mugrienta rumiando en un rincón. La estoy ordeñando. Un vistazo más cercano me dice que ese corral pestilente es mi despacho.
-Wardog, necesito que me ubiques un pedido.
-Pues ya lo siento, estoy ordeñando a la vaca.
-¿Y desde ahi no puedes?
-No. Resulta que las ubres de la vaca no son wifi. No daba para tanto el presupuesto.
-Ahm…
Me voy a recoger los huevos de las gallinas.
-Oye Wardog, ¿me das mis zapatos?
-Pffff… espera, que voy a ver…
Levanto a dos gallinas de los zapatos y veo que ya han puesto. Recojo los huevos suelto las gallinas en el suelo. Le doy los zapatos al que me los ha pedido.
-Esto de que no me den pasta para poner nidos es un coñazo…
-Sip.
-Estoy hasta los huevos, ahora mismo voy a hablar con el boss.
Quito dos gallinas de mis botas, me calzo, me quito el sombrero de paja y me voy a ver al boss.
-Estoy hasta los cojones.
-¿Qué te pasa ahora?¡Siempre quejándote!
-¡No veo por qué tengo que mantener yo una puta granja!
-¿Cómo que no?
-Como que no, yo soy informático, no granjero.
-Ah, claro. ¿Es que no sabes hacer otra cosa que darle a la teclita?
-Sí pero no son tarea mía.
-Sí es tarea tuya, porque sin granja no hay subvención, y sin subvención no hay ordenadores nuevos, ni programas ni nada. Así que como tiene que ver con la informática, te tienes que encargar tú de los bichos. Y espabila que me han dicho que no han cargado el camión que viene a recoger los huevos.
Y entonces me he despertado sobresaltado, con Luna encima de mi mirándome con sus miniojos, me ha dado un lametón en la mejilla y me ha mordido la nariz alegremente.
Y lo cojonudo es que la cosa no anda tan lejos…