…como decía mi héroe favorito.

Que va uno al burrikin y pide su guoper con cocacola, patatas gajo, mostaza y tal. Pues me toca el tonto. Porque yo veo que la de la fila del al lado va a toda hostia. Pim pam hamburguesa, cocacola, te cobro y adiosgraciassiguienteporfavor.
Pero a mí me toca el tonto. Me pone una hamburguesa de pollo, con fanta de fresa y media de callos. Le hago cambiarme eso. Me trae lo mio, pero no me da servilletas ni pajita. Me cobra y me da mal el cambio. Un disaster, y la hamburguesa más fría aún de lo que habitualmente está.

Que voy al super y pido pescado. Pues ya la hemos cagao. Me atiende la nueva, que además de nueva es patas. Si pido una dorada, abierta al medio, me da una dorada medioabierta, con toda la raspa, las tripas y su chicle.

Si tengo que pagar en cualquier sitio y hay más de una caja, tened por seguro que me toca caja en la que está quien no sabe. La que cuando no le lee el láser el código de barras es incapaz de picarlo, que me dan ganas de agarrar a quien esté en esa caja y zarandearlo diciendo «¡PICALO MALDITO HIJO DE PUTA!», pero uno es comprensivo y lo deja correr.

Si llamo a telefónica lo tengo que hacer 8 veces hasta que me atiende alguien competente, pero creo que eso ya no es cosa mía exclusivamente, sino de las malditas subcontratas que pasan de formar adecuadamente a esta gente…

El caso es que uno se resigna. No tengo suerte y me toca el tonto…

Pero es que hoy venía un comercial a mostrarnos unos PDAs industriales que queremos comprar. ¿Y sabéis qué? Me ha tocado el tonto.
Estabamos viendo el cacharrito en cuestión y me pregunta el amigo:
-¿Cómo nos has conocido?
-Os busqué en internet.
Y ahí quedó la cosa. No hay más problema, ¿verdad?
Pues llega mi jefe y le pide cotización. El tonto se la da. Mi jefe se pone a jugar al poker, es decir, a regatearle. Y me dice el boss:
-Trae la cotización del otro proveedor.
Y ahí se ha armado.
Al tonto le ha dado por hacer tonterías. Y la ha cagado.
-¡Wardog, no me habías dicho que tenías estos aparatos cotizados por otro proveedor!¡No has sido claro conmigo!
Y sale el boss al ataque.
-Wardog no tiene autorización para dar información comercial.
Y Wardog sabe defenderse:
-No tengo obligación de decirte quién me da precios y quién no. Yo te he pedido un presupuesto, la parte económica la apañas aquí con el boss. Ahora, si tú te vas a poner celosote y no te apetece trabajar con nosotros, a mí me la suda.
-¡Es que yo no quiero entrar en guerra de precios!
-Psá, ahí tienes la puerta… según salgas va a venir otro a traerme otra maquinita, no sufras.
Total , que el boss se ha levantado de la mesa, y se ha ido a tomarse un café después de echarme el cablecito.
Pero el que es tonto es tonto. Y la linde se acaba y el tonto sigue.
-Esto ha sido una jugada sucia, no has sido sincero conmigo… – Me dice el pavo al salir el boss.
-Que no hay nada sucio. Tu vienes porque quieres. Me enseñas la máquina. Me gusta. Punto. Si no quieres regatear ni competir con precios, ahí tienes la puerta, no tengas problema, se lo compramos al otro. ¿Que te interesa trabajar con nosotros? Cojonudo, apaña los precios con el que ha salido a por café. No hay engaños ni hostias. Ahora, no vengas diciendo que no te avisé porque ni estamos casados ni hemos yacido nunca…

Total, despedida formal, el tío lívido ha recogido las maquinitas y se ha pirado a punto de llorar, diciendo que si él es el fabricante y el otro es un distribuidor y no quiere competir y tal. Que me parece de puta madre. Lo que no voy a entender es que se ponga como se ha puesto… me parece muy poco profesional. Que digo yo que con decir «Uy, lo siento, ese es un distribuidor nuestro y no podemos hacerle competencia por nuestra política de ventas, tienen que comprárselo a él» hubiese bastado. Ahora, ese ataque de celos me ha hecho gracia, fíjate…

En fin, que ya es que hasta me vienen a buscar los tontos.