¡Hola amigos!
Soy Lucky, vuestro Contagarbanzus Cansiniensi favorito, y os voy a enseñar cómo se imprime una hoja de Excel por la impresora laser de un compañero ¡en tan sólo 6 sencillos pasos!

Paso número uno: Llamar a Wardog.

-Sistemas…
-Hola Wardog, mira, que voy a imprimir una hoja de Excel.
-Me parece bien.

Es un borde. Ni puto caso le hagáis. ¡Uy! ¡He dicho puto! Virgensantavirgenpura!

Paso número dos: Llamar a Wardog.

-Sistemas…
-Que no me imprime.
-Ajam. ¿La impresora está encendida?
Pues no sé. A ver si se cree que eso es problema mío. ¿No es él el informático? Pero bueno, le haremos el favor. Pues sí, estaba apagada.
-Ya la he encendido, gracias.
Se oye un murmullo incoprensible, como un gruñido o algo así. Seguro que está poseído por el diablo.

Paso número tres: Llamar a Wardog.

-¿Sí?
-Que sigue sin imprimir.
Bufa.
Teclea escandalosamente. Gruñe.
-El ordenador de Josete está apagado, ¿verdad?
Qué manía tienen los informáticos por gastar luz. A ver si está apagado…
-Oye, que sí, que está apagado. ¿Lo enciendo?
-Mmmpfsiiii…
-Vale, gracias, ¿eh?
Otro gruñido parecido al anterior. A este chico le pasa algo. Seguro.
-De todas maneras, Wardog, me da muchos problemas el ordenador, pero no de ahora, de siempre, ¿eh?
-No te preocupes, Lucky. Es una cosa completamente normal.
No sé qué ha querido decir este chico con eso. En fin, vamos al lío.

Paso número cuatro: Llamar a Wardog.

-Dime Lucky.
¡Hala! ¡Este chico tiene poderes mentales!
-Que me sale en apaisado y yo quiero que me salga en vertical.
-Coño, pues eso sale conforme tú le digas que salga.
Qué mal hablado que es este chico. Y yo no le he dicho nada. Porque vamos, cuando he estado enredando antes con las propiedades de la página para ver si me imprimía no he tocado casi nada. Y así se lo voy a decir, hombre ya.
-Yo no le he dicho nada, ¿eh?
Gruñe de nuevo. Bufa. Teclea con furia. ¡Ostias! ¡Qué susto! ¡Se mueve el puntero solo! ¡Pero el ratón no se menea! ¡Cosa del diablo! ¡Cosa del diablo! Vuelve a gruñir. Coge aire y me dice:
-Mira, Lucky, aquí, donde pone orientación has seleccionado «horizontal» y deberías ponerlo en «vertical». Pero no te preocupes, que ya lo pongo yo, ¿eh? Hala, hasta luego.
Yo no me he enterado de nada, porque estaba recogiendo unos clips del suelo, pero bueno, como ha dicho que lo ha hecho él…

Paso número cinco: Llamar a Wardog

-Diiiiime Luuuucky…
Desagradable es este chico, de verdad…
-¡Que me sale la columna de la G!
-¿Ein?- Dice con voz sorprendida. Creo que lo he explicado suficientemente bien, ¿no? Si al final, encima de borde, tontito. No sé qué vamos a hacer con este chico.
-La columna de la Geeee. ¿Sabes cuál es? – Le hablo despacito, para que me entienda.
-Qué le pasa a la columna de la G.
No se entera, ¿eh?
-Que sale.
Se le oye respirar aceleradamente y un murmullo que no acierto a distinguir. Se oye que teclea como si bailase flamenco.
Otra vez el puntero fantasma
¡Hostias! ¡Ha dado en un botón y se ven las páginas como si las hubiese impreso, pero en pantalla!
-¿Lo ves ya? Es la columna G, que no quiero que apareza y aparece cuando la imprimo.
-Vale. Eso es porque has definido un área de impresión para que aparezca la columna G.
¿Qué será lo que ha dicho este? Yo creo que no sabe de qué va esto y me suelta cosas raras para que me calle. ¡Pero yo no me rindo!
-Pues eso debe ser. Pero la columna G sigue saliendo.
Al otro lado del teléfono se oye un «¡Mecagostanlaputaqueparioabilgueis!» que no sé que quiere decir. Nada bueno, seguro. Esto es cosa del diablo. A ver si me da tiempo de hablar con el párroco luego.
Mueve el ratón como loco por la pantalla y me dice al poco:
-Hala, ya lo tienes. ADIOS.
-Gracias, ¿eh?
Que se note que yo tengo mejor educación que él.

Paso número seis: Llamar a Wardog.

-QUÉ
Definitivamente es un maleducado, un gruñón y un mal compañero. Pero si no tiene otra cosa que hacer el tío y aún se queja.
-Que no salen los totales. Y le he dado a imprimir 3 veces por si acaso, ¿eh?
No dice nada. Se conecta y mira la hoja de Excel de arriba a abajo. Será cotilla…
-Lucky.
-¿Siiií?
-¿Qué totales?
De verdad, yo no sé en qué colegios estudian estos chicos de hoy en día. Vamos, por Dios, por la Virgen y por el Espíritu Santo tocando los bongos…
-Pues al final del todo quiero que salgan los totales.
-Pero es que al final del todo ¡NO HAY NADA ESCRITO!
Anda joder. ¡Y aún hará falta escribirlo!¿Entonces qué es lo que hacen los ordenadores?
-¿Y qué tengo que hacer?
Lanza un suspiro ahogado. De repente su voz es dulce. Este chico tiene problemas psicológicos. Tan pronto está de una mala hostia inconmensurable como dulce cual merengue. Qué cosas.
-A ver, Lucky, mira.
Yo atiendo, ¿eh?
-Tu pincha en una celda vacía al final de la columna de la cual quieras obtener el sumatorio. Y le pulsas a este botón. El de la E con forma rara. Y ya está, no tienes que hace más que eso. ¿Lo entiendes?
-¿Eh? Perdona, es que estaba contando los postits que me quedan…
-¡QUE PARA SACAR EL TOTAL PINCHA AL FINAL DE LA COLUMNA DE LA CUAL QUIERAS OBTENER EL SUMATORIO Y LE DAS A ESTE BOTÓN!
¿No he dicho que este chico tiene problemas mentales?¿A santo de qué viene esta explosión de mala leche?
-¿Pero aquí al lado pongo «Totales»?
-Por mí como si pones «Cojones ahumados».
Es un borde. No sé cómo le dejan seguir aquí trabajando. No colabora nada con los compañeros… Y tiene problemas psicológicos, de verdad.
-Bueno, pues ya está, le doy a imprimir ya, ¿verdad?
-Si no hay más remedio…
Este chico siempre está soltando frases fuera de lugar. Debería mirárselo un médico.
-Espera, no cuelgues, ¿eh? Que imprimo. No cuelgues que voy a buscar los folios, ¿eh?
Se oye algo así como «AOMAR O’ULO»…Seguro que está hablando en idiomas desconocidos. El diablo le obliga a hacer esas cosas.
Voy a por los folios impresos y vuelvo. Qué raro. Se ha cortado la llamada.
-Sistemas, diga.
-Que ya se ha impreso y parece que está bien.
No entiendo muy bien lo que ha dicho, pero parece algo así como «EDE AIAS AOMAR O’ULO!», pero como si estuviese lejos del teléfono. Y acto seguido, el tono. Se ha vuelto a cortar. Se conoce que cuando está poseído por el diablo la comunicación telefónica se corta. Cosa del diablo. Que no se me olvide preguntarle al párroco.

¡Bueno amigos! ¡Pues ya hemos impreso nuestra hoja de excel casi sin esfuerzo!
¡Espero que os haya gustado y nos vemos en la próxima entrega!

¡Hasta pronto!